La subestimada película de acción de ciencia ficción de 1997 de Paul Verhoeven utilizó una batalla futura con insectos gigantes para satirizar el fascismo inherente a la guerra.
Cuando Martin Scorsese afirmó audazmente que las películas de Marvel «no son cine», quiso decir que los éxitos de taquilla impulsados por efectos no pueden aprovechar las mismas emociones humanas crudas y la sustancia temática compleja que una película como Rashomon o Diario de un sacerdote rural. Pero sería reductivo decir que ninguna película de género con grandes escenarios y efectos visuales puede clasificarse verdaderamente como cine. Paul Verhoeven Starship Troopers es un buen ejemplo. Es un espectáculo de ciencia ficción lleno de acción sobre una guerra futura con insectos gigantes, pero en realidad es una crítica incisiva de la guerra en general, que utiliza sus grandilocuentes secuencias de batalla para postular que la guerra es un esfuerzo intrínsecamente fascista.
Adaptado de la novela homónima de 1959 del gran Robert A. Heinlein, Starship Troopers sigue a un joven recluta militar llamado Johnny Rico a medida que avanza en el entrenamiento y finalmente se convierte en un oficial completamente calificado en la guerra de la Tierra contra los Arácnidos. En la superficie, la película es una película de acción de ciencia ficción sobre soldados humanos que hacen explotar extraterrestres insectoides, y en su lanzamiento inicial, su recepción crítica negativa la identificó como tal. Pero desde entonces ha sido reevaluado como una aguda sátira política que utiliza su descripción especulativa de la guerra para aprovechar algunas ideas fundamentales sobre la guerra.
En lugar de satirizar específicamente los esfuerzos de guerra estadounidenses, Starship TroopersLa guerra intergaláctica permitió a Verhoeven adoptar un enfoque más amplio para satirizar la inclinación de la humanidad por la guerra y el fascismo. Hay muchas referencias a los nazis, incluidos uniformes militares que se asemejan a los de las SS y paralelismos visuales inconfundibles con películas de propaganda como Triunfo de la voluntad. La propaganda en el universo está diseñada para evocar la retórica anti-arácnida con frases como, «El único error bueno es un error muerto».
Los monstruos insectoides de la novela de Heinlein significaban que Verhoeven era libre de ir tan pesado como quisiera con el horror y la opresión de la guerra, porque no estaba tratando con personas reales. Satirizar la guerra es difícil con una guerra real, como la Guerra Fría en Dr. Strangelove o la Guerra del Golfo en Tres Reyes, porque las personas del otro lado del conflicto son solo eso, seres humanos, pero cuando el enemigo es decididamente inhumano y la guerra es completamente imaginaria, nadie se preocupa por la corrección política.
La década de 1950, la década en la que se publicó la novela original de Heinlein, vio el surgimiento de «características de criaturas» como ¡Ellos! y La mantis mortal, que capturó los temores de la era de la Guerra Fría sobre un holocausto nuclear inminente. Llegando después del final de la Guerra Fría, Starship Troopers adopta una especie de enfoque posmoderno de este subtexto. En lugar de alegorizar a un enemigo en particular, Starship Troopers trata sobre la necesidad de la humanidad de tener un enemigo contra el cual vilipendiar y luchar. No hace falta mucho empujón antes de que los humanos recurran a la violencia.
La vilipendiada vilipendio de la humanidad de los arácnidos en Starship Troopers se sostiene hoy como una deconstrucción de las ideologías de extrema derecha, a pesar de llegar dos décadas antes de que esas ideas llegaran a la corriente política. Si bien el libro original tenía un sesgo de derecha poco irónico, la adaptación cinematográfica de Verhoeven adopta el enfoque opuesto. En lugar de glorificar el militarismo como la historia de Heinlein, Verhoeven se burla de él. La versión cinematográfica se burla abiertamente del nacionalismo de la política exterior de Estados Unidos en su historia de una Tierra futura galvanizada por un conflicto contra una amenaza extraterrestre vagamente definida.
Muchas películas de ciencia ficción pueden verse afectadas por connotaciones políticas, porque el mensaje político se vuelve un lastre o la película se empantana tanto en la política que se distrae de lo realmente emocionante de su premisa. Starship Troopers, afortunadamente, no tiene este problema. A pesar de la sátira antifascista, esta película es divertida de pared a pared. Hay acción más que suficiente para satisfacer al público que no está interesado en los comentarios sociales y solo quiere ver a algunos soldados volar insectos gigantes, pero su sátira perspicaz lo eleva de un éxito de taquilla agradable a una joya que invita a la reflexión.
Esta no es la única vez que Verhoeven ha utilizado el espectáculo de ciencia ficción y la acción explosiva para transmitir temas satíricos interesantes. Su actor de 1987 mucho menos subestimado RoboCop Usó su premisa de que Omni Consumer Products resucitó a un oficial de policía asesinado como una máquina de matar bien engrasada para combatir el crimen para satirizar las políticas económicas favorables a las corporaciones de Reagan y el creciente autoritarismo en la aplicación de la ley de EE. Pero donde RoboCop se convirtió en un gran éxito entre el público y la crítica, Starship Troopers no logró causar sensación en la taquilla y no se ganó la crítica hasta años después, cuando resurgió como un clásico de culto.
A medida que el clima actual de cine sigue proporcionando éxitos de taquilla de acción de ciencia ficción de gran presupuesto sin una pizca de sustancia temática, la mezcla de acción y sátira en Starship Troopers es más eficaz que nunca. Mientras que el público contemporáneo estaba confundido por Starship Troopers‘, lo genial es que solo se vuelve más relevante con el tiempo, porque predijo correctamente que el complejo militar-industrial continuaría creciendo fuera de control.
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